Yo sufro porque no se de qué color es el viento.

Tan dulce y hechizante que se escapa de tu boca, sigo sin saber de qué color es el viento y creo que nunca lo lograré saber, yo creo que puede ser azul, quien sabe... pero no no no, yo creo también que es blanco, buf, tantos colores, la ciencia lo tenía que descubrir(;

Recuerdo aquellas manos que se deslizaban por una barandilla de una escalera que de repente chocó con mi mano, surgió un cruze y nuestras miradas estaban paralizadas, bloqueadas. Deslizando las manos, un silencio rotundo, imposible de descifrar. Rompieron el silencio unas simples agujas, maldita la hora en la que sonó el despertador.
MALDITO SUEÑO QUE YO SOÑÉ.

Mascando un chicle me voy, y mascando unas pipas vuelvo, ¡qué vida mas simple que tengo!